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Escuela YoNoFui

Artes, oficios y experimentación política

El colectivo YoNoFui surge en el año 2002  a partir de un taller de poesía en la Unidad 3 de Ezeiza. Una vez transcurridos dos años del taller en el penal,  comenzamos a darlo en el afuera, ya que varias compañeras recuperaban la libertad y querían continuar participando del espacio.  

En el 2004 comenzamos con el taller de escritura en diferentes casas ya que no teníamos un espacio propio. Luego, el taller se trasladó a la carpintería de un amigo. Al tiempo, una compañera que había recuperado su libertad aportó una máquina de coser. De este modo, en el taller escribíamos, leíamos poesía y aprendíamos el oficio de la costura. Esta combinación entre una práctica artística y un oficio, fueron fundantes en nuestra historia y marcaron un horizonte de construcción colectiva. 

Transcurrido el tiempo y a partir de las dinámicas del colectivo entre el adentro y el afuera de las unidades penales, los talleres de artes y oficios se fueron multiplicando: diseño textil, serigrafía, encuadernación, fotografía estenopeica y digital, carpintería, producción de calzado, documental, danza, periodismo, escritura,  herramientas digitales, producción de jabones, cooperativismo, dibujo, experimentación gráfica y grabado, entre otros. A estos espacios de formación se le sumaron los encuentros colectivos, las asambleas, luego llamadas rondas en las que confluimos todes y desde donde seguimos tramando las experiencias y elaboraciones políticas.  

Si bien las propuestas fueron variando, el taller como formato, continuó siendo el espacio para componer saberes, para compartir vivencias, mutar dolores y fabular la vida en común. El taller como experimentación pedagógica y política, como espacio de aprendizaje que desborda los contornos de lo meramente educativo, que desdibuja los límites de las disciplinas y lenguajes para recomponerse de múltiples formas posibles. El taller como espacio de enunciación colectiva y singular, desde ahí construimos nuestras narrativas y nuestro modo de estar en el mundo.

La pedagogía es para nosotrxs una indagación, una práctica de experimentación, una aventura que nos conecta con otros posibles. La enseñanza y el aprendizaje son intentos, tentativas, ensayos. Sostenemos la incertidumbre entre lo enseñado y lo aprendido, un cierto no saber a priori el resultado de esos intentos. Las prácticas pedagógicas son experiencias de modulación desde donde reconocernos y transformar nuestras vidas, construir proyectos, materializar deseos colectivos y singulares. Enseñamos y aprendemos para compartir la alegría de nuestros propios descubrimientos.

Nos interesa pensar y construir una pedagogía de la singularidad, del reconocimiento de cada una de nuestras trayectorias. Y a la vez, una pedagogía de lo colectivo, lo común, las alianzas inesperadas que abren otras posibilidades. Una pedagogía de la autonomía y la autogestión como contracara de la interdependencia y el colectivismo. Esto supone una tensión con la idea de pedagogía como disciplinamiento, normalización, individualización, homogeneización y orden de los cuerpos. 

Cuestionamos la idea de la asimetría como algo fijo, creemos en una asimetría variable, movible, inestable, frágil. Todos los saberes cuentan. Nos formamos colectivamente. Todos aprendemos y todos enseñamos. Intentamos construir espacios de formación donde enseñar  y aprender sean prácticas de reciprocidad. Cuestionamos la idea del aula como único espacio privilegiado para que los saberes transcurran. Los límites del aula son borrosos y nos interesa experimentar esa opacidad.

Hoy nos situamos dentro de los movimientos tranfeministas, antipunitivistas y abolicionistas penales. Estos no son puntos de partida ni tampoco de llegada, son tránsitos y narrativas que creamos a partir de nuestros talleres y experiencias en las cárceles, en las calles, en alianzas con otres. Nos reconocemos en constante movimiento, nuestro activismo es un modo de vida y experimentación política. 

Transcurridos 22 años de vida colectiva y a partir de lo acumulado, decidimos abrir esta experiencia de formación heterogénea e interdisciplinaria y volverla pública para compartirla y potenciar con otrxs. La multiplicidad de voces, las tensiones en las discusiones y la materialidad que fueron tomando las prácticas que hoy nos hacen como colectivo son uno de los motores que nos impulsan a lanzar este proyecto. 

 

En un contexto político que nos empuja cada vez más a la precariedad de la vida y de los lazos, donde nuestras existencias se ven amenazadas por las derechas fascistas que nos gobiernan y que están llevando a cabo políticas que arransan con las formas de vida por las que luchamos,  creemos necesario seguir tramando refugios, en los que vivir sea una aventura política y colectiva. Agitadxs por este deseo, estamxs inaugurando la Escuela de YoNoFui – Artes, Oficios y Experimentación Política, una experiencia formativa integral que reúne una diversidad de propuestas artísticas, de oficios y formación política.

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